Inteligencia Emocional


Para entender el significado de INTELIGENCIA EMOCIONAL debemos destacar dos aspectos básicos:

Inteligencia: La capacidad que posee cualquier ser humano de adquirir conocimientos que luego en cualquier situación le pueda ser útil, representado a través del comportamiento adoptado para cumplir  un fin. 

Emoción: Un comportamiento producto de un estímulo o causa externa o interna que  causa una conducta o una cadena de conductas, que a su vez origina el acercamiento  o la alejamiento a una persona o circunstancia.

INTELIGENCIA EMOCIONAL: Es la capacidad que tiene el individuo para percibir, comprender y regular las emociones propias (Intrapersonal: relación conmigo mismo), y especialmente las  ajenas (Interpersonal: relación con los demás).

En lo organizacional o empresarial, es importante que los representantes o dueños de las empresas entiendan lo esencial que significa, para un adecuado desenvolvimiento profesional y logro de los objetivos deseados,  el determinar las conductas, reacciones, actitudes y modos de cómo sus empleados enfrentan  cualquier circunstancia, bien sea de la vida cotidiana o laboral.

En el trabajo las emociones más representativas son el agrado, el entusiasmo, la cordialidad, el regocijo, la decepción, la incertidumbre, la impaciencia, el fracaso, el error, la angustia, el enfado, entre otras, las cuales nunca se van a poder excluir, pero si se pudieran controlar, encaminar, regular a favor personal u organizacional de acuerdo al evento presente, evitando así condenar la comunicación del grupo de trabajadores que implique problemas laborales y disminución de la producción .

En este sentido, el rendimiento laboral de todo ser depende de su estado anímico, si los sentimientos (positivos o negativos), son ignorados por los jefes o gerentes provocaría en el empleado  un estado de frustración, desilusión, aislamiento, indiferencia, entre otros.

Por lo tanto, con el fortalecimiento del capital emocional estaremos ante la ampliación enérgica del personal, que estaría motivado, comunicativo, comprometido y visionario hacia la consecución de los objetivos de la organización. Reduciendo el ausentismo y movimiento del talento humano, que estaría dispuesto a los cambios y adaptación  sin conflictos y con la adecuada integración con el resto del grupo de trabajo. 

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